02 abril 2015

Teoría de los colores



De la misma manera que no todas las personas sentimos las cosas de igual forma; tenemos gustos diferentes, escuchamos diferentes tipos de música, distintas canciones favoritas, unas personas nos parecen feas, otras guapas, pero esas mismas son guapas para algunas y feas para otras... podría darse el caso de que no percibamos los colores de la misma manera.

Un color es de ese color debido a la luz que refleja sobre un cuerpo, absorbiendo ciertas ondas electromagnéticas y desprendiéndose del resto mientras que bla bla bla...

Desde que nacemos y tenemos la capacidad para ver a través de nuestros ojos observamos todos los colores que hay a nuestro alrededor. A su vez, nos dicen que el cielo es azul, las nubes son de color blanco, la hierba es verde, las montañas marrones y el mar es de un azul turquesa.

Cuando la luz es ténue, los colores se apagan puesto que se reflejan menos, hasta tal punto que por ejemplo, en la luz de atardecer, si vemos objetos o personas a contraluz veremos figuras opacas perfectamente perfiladas, como sombras sin detalles, bocetos de cosas. Vemos el mundo más simple.

Pero como cada persona es un mundo, podríamos ver cada color de distinta manera. Aún así, el cielo seguiría siendo azul, las montañas marrones, el mar turquesa... ya que desde el principio nos han dicho que esos colores tienen ese nombre y esas mismas cosas son de ese color para todo el mundo independientemente de que cada persona sienta de una forma o de otra.

¿Y si la longitud de onda la interpretáramos de diferente manera? mis nubes podrían ser tu verde, mi hierba podría ser tu naranja, el mar lo puedes ver como mi rosa palo, las montañas rojas y ¿el color carne?

Aún así, seguiremos llamando al cielo por su nombre de pila, Azul.

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Foto: Luis Alemañ

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