16 marzo 2013

Sensaciones inalámbricas


Definido como: sentir a través de alguien algo que puedes imaginarte pero que notas que es real. Puedes ver los detalles más insignificantes porque sientes que estás ahí, en ese mismo lugar; consigues oler el entorno e incluso te aventuras a mover los músculos tal y como crees que debería ser.

Poder imaginarte lo previo y lo posterior al momento; cada uno se lo imaginaría de distinta manera pero ¿sentiríamos todos lo mismo?

Son las cuatro de la tarde en las Canarias; te has despertado no como cualquier otro día sino como un día de esos que te escuchas mas a tí mismo que al resto. Has terminado con tus obligaciones diarias y vas corriendo a la playa para aprovechar el último ápice de luz. Bajando por la calle, descalzo, con el neopreno a medio poner y tarareando una melodía que no sabes de dónde la has sacado pero que la tienes en la cabeza todo el día. No para de repetirse mientras te imaginas lo que vas a hacer dentro del agua.

A penas escuchas los sonidos de la gente de la calle pero sabes que están ahí; les miras con una sonrisa en la cara y sigues andando casi de forma automática; pues tus piernas quieren llevarte a un sitio donde ellas mismas saben que vas a disfrutar como un enano. Sigues escuchando esa melodía.

Llegas y observas cómo va a ser el final de la tarde. Uno, dos, tres... ocho, nueve, diez... pasos; ya tienes el agua por los tobillos. Te cuesta caminar entonces te lanzas sobre la tabla. No te cuesta remar, lo haces con total suavidad, notas que no te cansas. Avanzas bajo el agua para sortear las olas, te ciega el Sol y coges una bocanada de aire. Sigues escuchando esa melodía.

Mientras hueles a agua y sal, escuchas el impacto del labio contra el fondo rocoso que te hace girar la cabeza para ver qué está pasando y ahora son tus brazos los que van solos. Sientes una brisa intensa y continua que dura no más de dos segundos. Sigues escuchando esa melodía.

Tarareas más fuerte, estás en tu climax a la vez que divisas la ola que se aproxima inminente. Remas, pataleas, no parpadeas, te impulsas y tus dedos de los pies se sienten adheridos por la inercia de la bajada. Sientes todo tu cuerpo y lo manipulas a tu antojo para pintar sobre el lienzo lo que ves en tu mente. Divides el transcurso de la ola en movimientos básicos y movimientos decisivos; sabes que si fallas uno de éstos últimos, te sales del camino. Pero no descarrilas, notas que todo va lento, crees que puedes avanzar más rápido que el tiempo y adelantarte a los acontecimientos; estás en tu momento. Sigues escuchando esa melodía...

Ésta es mi versión, ¿y la tuya?

Una sonrisa para Ronron por haber encontrado el momento y el lugar. Envidia sana por tí, amigo.

Surfer: Ronald.
Melodía: Warm Shadow, por Fink.

1 comentario:

  1. Tu lo has dicho de portada, suerte que existe internet, han habido días en los que me he despertado y he echado mucho de menos esas sensaciones de salir a por una chusta todos muy dispuestos a todo, a las 6:30 con viento en las bembas jajaj
    y aunque no hubiese nada o saliera algo nos sentíamos especiales porque vivimos lo que nos gustaba y nos sacrificamos muchas veces por esos momentos,siempre dispuestos... Cada uno de nosotros tiene esa melodía, esa melodía que se nos pegaba en el pico y viajábamos por cualquier ola o chusta o agua en movimiento felices porque cada día que pasaba aunque muchos no salia nada íbamos despertando esa melodía cada vez más y ahora suena entre letras en este bloc mas fuerte aun que ayer.

    por todos esos momentos y los que vienen, escuchar vuestra melodía... nos vemos en el pico hermano!! :D

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